La ilusión de prosperidad y paz global que se despertó en los años 90 con la caída del muro de Berlín y el descubrimiento de Internet se ha ido desvaneciendo poco a poco. La expansión del terrorismo fundamentalista y el estallido de diversas guerras locales (Afganistán, Iraq, Siria, Yemen, etc.) la han erosionado mucho. Pero la Pandemia -con su reguero de crisis económica, pobreza y tensión- puede acabar dando al traste con esa ilusión de un modo definitivo.
Es cierto que el siglo XXI no ha sido por ahora tan mortífero y belicista como lo fue el XX. Pero también es cierto, que hay algunos factores muy próximos al clima social que se vivió en el período previo a la segunda guerra mundial y que resultan alarmantes: crecimiento de la pobreza y la desigualdad; descrédito de la política y de las instituciones; populismo político; extremismo ideológico; erosión de las democracias… Y, sobre todo, una creciente sensación entre la población de impotencia y de nihilismo.
Qué duda cabe de que en estas circunstancias, el riesgo de fractura social está cerca -en casi todas las sociedades y a nivel global-. El clima de seguridad, bienestar y convivencia que había regido en algunas zonas del mundo en los últimos tiempos, puede dar paso abruptamente a una situación de tensión máxima, de enfrentamiento y de conflicto violento.
De aquí que sea urgente emprender un nuevo viaje hacia la paz. Especialmente en un período post-Covid19, que se prevé especialmente duro y angustioso. Necesitaremos recuperar el contacto humano, conversar (abierta y libremente), entendernos globalmente y avanzar por el camino que -mediante la justicia y el respeto a la dignidad de cada cual- pueda conducirnos a una progresiva pacificación del mundo.
La jornada Viaje a la paz (organizada por el Gabinete de Comunicación y Educación de la UAB en el seno del Master de periodismo de viajes) pretende contribuir a este gran objetivo que será, sin duda, el del próximo decenio. Lo quiere hacer señalando (y analizando) las responsabilidades que tienen el periodismo y los medios de comunicación a la hora de avanzar por este camino de pacificación; y concentrándonos especialmente en el área iberoamericana.
Para ello hemos convocando a una conversación abierta a cuatro premios nóbeles de la paz y algunos de los más destacados representantes del mundo de la política y de los medios y a quienes, de un modo u otro, con su testimonio o su experiencia pueden enseñarnos a tejer la paz entre nosotros.
Queremos interrogarnos y conocer sobre:
- El impacto que tienen los medios y el periodismo a la hora de crear un clima propicio al entendimiento y la paz.
- La función del periodismo al visibilizar u ocultar las tensiones y conflictos.
- Qué tipo de diálogo social y de comunicación puede hacer progresar el respeto y la solidaridad.
- Qué consecuencias negativas tienen en la polarización social, la desinformación y el lenguaje del odio.
- Cómo se pueden pacificar conflictos relacionados con la desigualdad, la discriminación (por razón de sexo o etnia), o por el enfrentamiento político.
- De qué manera se puede concienciar a las jóvenes generaciones de periodistas sobre la responsabilidad que tienen en la pacificación del mundo.
Y tras el debate, queremos llegar a conclusiones prácticas. Pretendemos definir un programa concreto de acción que pueda convocar el esfuerzo de los medios de comunicación, de las facultades de periodismo y comunicación y de sus investigadores y estudiantes de toda Iberoamérica. Que se traduzca en proyectos e iniciativas concretas; en alianzas y cooperación.
Las guerras siguen recorridos tortuosos y taimados; y casi nunca se declaran abiertamente y suelen estallar abruptamente. La paz, por su lado, no es un punto de llegada, es un camino (o caminos) de largo recorrido; un camino que casi no tiene fin. En consecuencia, lo que trataremos de conseguir a partir del 1 de Diciembre es a) catalizar el esfuerzo de los periodistas y los medios en la tarea de prevenir y alertar sobre la posibilidad de conflictos y guerras; y b) sugerir vías de entendimiento y pacificación.
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